fbpx

María, Vicent i Lluna

 In matrona, parto en casa, parto natural, servicios, Testimonios

Tal vez, para nosotros solo haya una posible respuesta a la pregunta de el porqué elegir este tipo de nacimiento para nuestras hijas.

 

Recuerdo cuando empezamos a barajar las opciones para el nacimiento de nuestra primera hija, Laia. Parecía que todos los caminos, se dirigían a un mismo lugar: acuario.

Unos decían que estábamos locos, otros respetaban en silencio nuestra decisión. Y llegó un 17 de enero de 2012 una niña preciosa tras un parto rápido pero muy intenso.

 

Quien me conoce sabe lo que me cuesta pisar un hospital. En acuario, te sentías como en casa porque era entrar y formabas parte de esa familia.

 

 

9 meses mas tarde, Cloe nos eligió para ser sus padres. Con las puertas de acuario cerradas nos toco desplazarnos a Denia. Un parto express y algo cómico. Diferente lugar, pero con la familiaridad y el respeto que acuario nos brindaba.  (14 de julio de 2013)

 

Los años pasaron y siempre tuvimos en mente que queríamos tener 3 hijos. Y este año pasado, decidimos buscarlo. Ya sabéis eso de que llegue antes de que nos acostumbremos a la buena vida (llevábamos un año durmiendo del tirón).

 

Y es así como Lluna, vino a nosotros. 

 

Con los dos partos anteriores he tenido experiencias buenas pero muy muy muy diferentes. Con Laia tuve un embarazo donde leí y ví todo lo habido y por haber y llegado el momento, me olvide de lo mas importante, escuchar y sentir mi cuerpo. Con Cloe, cambie la mentalidad y escuche, visualicé y sentí que yo era el canal para que la niña llegara a la vida y que ese proceso mágico y a la vez tan fisiológico tenia sentido y era mucho mas fácil.

 

Un tercer embarazo, un tercer parto. La alegría por vivirlo de nuevo. Pero esta vez con mas incertidumbre, quizás mas miedo y mas cansancio. 

 

Y llego la hora de plantearse el dónde y el con quién necesitábamos vivir esta nueva experiencia.

 

Era por el mes de enero cuando contacte con Gemma y ya dejamos concertadas las visitas para el mes de mayo en la clínica Parc Central, donde además visitamos a la doctora Vizcaíno para que llevara la recta final del embarazo.

 

Tras 2 visitas en la clínica y la visita de Gemma y Marta en casa, solo faltaba esperar el momento en que Lluna quisiera llegar a este mundo.

 

Y es en la ultima visita donde se leen todas las cosas, buenas y malas que pueden acontecer en el parto.

 

La verdad es que en ese instante, donde en ningún momento mi mente se obcecaba por ninguna opción y más por el dejar fluir, solo pedía que si por algún motivo tuviera que ir al hospital, fuese porque las aguas fueran meconiales y ya estar de primeras allí. Macintosh HD:Users:vicentevinoles:Downloads:IMG_4754.JPG

 

Siguiendo el patrón clínico de mis embarazos, pensábamos que éste también se adelantaría como los dos anteriores (semana 37 y 39 respectivamente).

 

Pero Lluna, la paciente Lluna quiso estar dentro de mi 289 días, 41 semanas+1 día y así llevar mejor las incesables olas de calor.

 

Era domingo por la noche del 31 de julio, sobre las dos de la madrugada sentí un movimiento extraño. Al levantarme el agua caía entre mis piernas.  La sorpresa fue su color: amarillo pálido. parto natural en hospital

 

Tras comunicárselo a Gemma recogimos todas la cosas. Un parto en casa en esas condiciones corría unos riesgos y nos fuimos camino al hospital. 2

 

 

 

 

Allí en la puerta nos estaba esperando y fuimos directos a la sala 3 de dilatación.

 

4Tras una primera monitorización comprobó que Lluna estaba perfecta y nos comentó que por el color de las aguas, era más bien un pedete de hacia unos días que una caca recién hecha.

 

Tras este primer control llegaba el momento de saber todas las opciones. Con la bolsa rota había que ir directos a una inducción (según el protocolo) pero, si todo está bien, que necesidad hay de adelantar procesos? Así que optamos por que Gemma me realizara un Hamilton para ver si así las contracciones venían y el parto progresaba. En esos momentos estaba de 2 centímetros justitos(como en las dos ultimas revisiones con la ginecóloga), con el cuello del útero blandito.

 

En eso Mónica llegó y comprobó que el monitor estaba bien. Gemma y Mónica nos dejaron solos mientras pasaban las horas y así llegaba el momento de poder subir a la habitación.

 

Las contracciones empezaron a llegar suavemente y con cierta regularidad (cada 4min). Todo mi cuerpo estaba concentrado en llegadas las contracciones en destensar, abrir y relajar. 

 

Continuábamos en la sala de dilatación y llegadas las  8:30 de la mañana Gemma comprobó como iban progresando las contracciones por si subíamos a planta y nos tocaba bajar pitando de nuevo a la sala de dilatación. 6

 

En esos momentos y con el día amaneciendo, estaba de 5cm pero sin la cabeza apoyada. Las contracciones se espaciaban. Continuaba concentrándome en cada una en controlar la respiración y soltar, abrir, relajar y visualizar. En definitiva dejar fluir. Era cuestión de esperar la contracción que bajara la cabeza de la niña y con ella, según Gemma, todo lo demás vendría sólo y de manera correlativa.

 

Así que subimos a la habitación. Desayunamos algo de dulce para que la nena estuviera despierta y moviéndose y entre risas y monitores pasamos la mañana.

 

 

Vicent preparó la cámara para grabar el parto, en nuestros dos partos anteriores no pudimos grabar y teníamos esa espinita clavada. 5

 

Preguntamos a Gemma, que le podría pasar a la nena al nacer al tragar meconio por preparar la mente ante cualquier complicación. Problemas respiratorios sobretodo nos comentó.

 

Las contracciones se espaciaron pero se intensificaron. Llegó la hora de comer y el sueño se apoderaba por momentos, aunque me despertaban las contracciones pausadas pero intensas.

 

Llamé a Gemma para pedirle un tacto. Necesitaba saber como iba. Al llegar esperó a la contracción y notó como la cabeza ja estaba más encajada y me sugirió, puesto que Lluna estaba puesta en el lado izquierdo de la barriga que en las siguientes contracciones buscara el moverla hacia el centro o que me pusiera de lado. Claro está que así dolía más, pero Gemma me recordó que las contracciones que duelen son las que hacen nacer.

 

Continuaba controlando la respiración, relajando y abriendo, visualizando y acompañando con la “u” cada contracción. El dolor era mi aliado y necesario para que Lluna naciera. 

 

Decidí ir al baño y al salir, Gemma me esperaba con el monitor. No me puede acostar en la cama porque vino una contracción. Gemma se alegró porque ya no podía hablar y ya se me descomponía un poco la cara. Al acostarme tuve otra así que Gemma vio que era el momento de ir abajo a dilatación.

7

Pero el celador no llegaba, de hecho, no llegó y Vicent i Gemma decidieron que no podíamos esperar más porque…”no íbamos a llegar”.

 

Pero… me bajáis en la cama o bajo yo a pie?

“En la cama”! Así que me quité la ropa de cintura para abajo porque en dilatación lo más seguro es que me sobrara.

 

Antes de salir de la habitación Gemma me dijo: que bien, que alegría porque va a nacer. A nacer? Ya? Y no es que yo no lo esperara o no lo deseara pero en mi primer parto estuve con la misma intensidad de las contracciones durante 5 horas, así que tampoco en mi mente me había planteado que iba a ser de inmediato.

Salimos de la habitación los tres, entre risas… y digo entre risas porque llevar una cama de hospital no es nada fácil. Pasamos por la zona donde están las enfermeras.

 

– Vamos bajo, que el celador no llega.-les dijo Gemma

 

– pero lleváis la llave?? (Para bajar a quirófano se necesita una llave)

 

No. No llevábamos la llave y no conseguían entrar la cama en el ascensor. Ellos intentando entrar la cama y las contracciones llegando con mas intensidad.

Tras varios intentos, la cama entra pero nadie pone la llave para que el ascensor baje. Al fin cuando parece que las puertas cierran, desde fuera vuelven a llamar el ascensor que abre sus puertas.

Ya dentro veo que solo estamos Gemma y yo, Vicent va en el otro ascensor.

 

 

De repente llega una súper contracción. Esta si que duele!! Y al momento otra, y con ella la cabeza baja, abre y sale la cabeza.

En ello las puertas se abren, Mónica nos recibe a lo que les digo que cojan a la niña(yo no estaba en una postura demasiado ideal, pensaba moverme en bajar pero no dio tiempo). Y entonces oigo que dicen:”nos quedamos aquí” y ahí, en ese recibidor tras salir del ascensor en la siguiente contracción y más empoderada que nunca donde la fuerza sale desde las entrañas, salió un cuerpecito calentito, con un olor a vida nueva espectacular… ya estaba aquí mi pequeña, aunque mi preocupación de ese momento no era otro que respirara bien.

Mónica botella de oxigeno en mano se quedo a la expectativa mientras Gemma y yo le dábamos calor. Lluna empezó a llorar, melodía divina para nuestros oídos. No hizo falta ponerle nada. Lluna estaba perfecta.

Así que con la emoción del momento llegó el celador (a buenas horas) y nos llevo a la sala de dilatación. 8

 

A todo eso tengo que decir, que Vicent llegó en el otro ascensor con la cámara puesta en la frente casi de milagro. Este parto lo tenemos grabado, y para mis peques mayores es un gran regalo.

 

 

 

 

La frase de: “no vamos a llegar” creo que en cada una de las visitas la he escuchado de la boca de Gemma. No vamos a llegar a tu casa, no vamos a llegar a llenar la piscina, pero si es que… no vamos a llegar!! No llegamos a la sala de dilatación donde debería haber nacido, pero llegamos al rellano donde quiso nacer. 9

10

11

Ya en la sala de dilatación, intentamos que Lluna se cogiera al pecho pero no había manera. Era importante que succionara, que activara el reflejo de succión para que tragara el liquido/moco que tenia en la garganta y que se le escuchaba. Importante para que en llegar la pediatra no se la llevara a observación. Y al fin lo conseguimos y en ese momento llegó y respetó que la peque estaba cogida al pecho.

 

 

En un par de contracciones salió la placenta, esta nos la queríamos llevar para plantarla junto a un árbol frutal pero no nos dejaron. Así que Vicent bajó una cartulina que ya teníamos preparada y Gemma hizo la estampación.

 

 

12A todo eso… hora de nacimiento?? Nadie vio el reloj?? 15:49

Lugar de nacimiento? En el ascensor

Tiempo del expulsivo? 3 segundos!!

La enfermera iba preguntando mientras contemplábamos lo bonita que era la pequeña, buscábamos parecidos con las hermanas. Nos reíamos del momento vivido y Gemma hacía el “live” para contar lo ocurrido.

 

3,620kg de amor del bueno. Lluna de nuevo vino a rompernos los esquemas. Ni se adelantó su nacimiento, ni era un bebe pequeño como sus hermanas al nacer. Era una bebe hermosa y redondita.

13

Mi tercer parto, el parto más consciente, más sereno, más disfrutado. No cambiaria nada pese a no ser el plan inicial pensado. Ella quiso nacer así, yo le acompañé y también volví a nacer como mamá. Es un momento mágico y único.

 

Y es que Lluna, sin duda ha venido para enseñarnos el valor de la paciencia y de la espera. Medio verano esperándola. Subimos a la habitación y llegaron mis otras peques súper emocionadas para conocer a su hermanita. 14

Por fin estábamos los cinco juntos!

 

 

 

Al día siguiente pedimos el alta voluntaria y nos fuimos a casa para iniciar nuestra nueva aventura como papás de tres preciosas niñas.

 

En ninguno de mis tres partos me he creado una expectativa de cómo tenia que ser y creo que eso me ha ayudado mucho a llegado el momento saber cómo quiero sentir y con quién quiero estar y con ello me sobra todo para que el mundo pare y parto pueda fluir.

 

Sin duda tener a Gemma en todo momento a nuestro lado fue un súper regalo por sus sabias palabras, por su tranquilidad y su enorme sonrisa.

 

No concebimos otro tipo de acompañamiento en el nacimiento donde se me respete a mi y a mi bebe. Un momento tan mágico, bonito y importante en la vida de una persona no puede ser perturbado por nada ni nadie.

 

Mil gracias por todo Mujeres Sabias. Sin duda, si tuviéramos otro sería con vosotras y espero… que lleguéis a tiempo!.

Recommended Posts
0

Escribe la búsqueda y pulsa Enter